jueves, 1 de febrero de 2007

¿MADURAR DUELE?

Estoy "sensiblona". Creo que lo que estoy experimentando en estos últimos días debe ser la madurez. Me encuentro en un estadio distinto (por Dios Iker Jiménez no me mal interpretes). Es una sensación de serenidad y aplomo que se experimenta cuando no te callas ni los sentimientos, y dices la verdad a diestro y sobre todo "al siniestro". En mi nueva etapa, siento que me quiero reconciliar con lo que he ido dejando en el camino, no tengo miedo a expresar mis emociones y he perdido el exagerado respeto a la vida y a las personas (aun a riesgo de parecer mal educada). Mi nueva filosofía algo "Housiana" (véase "Doctor House"), comienza a dar sus frutos. No quiero el respeto de los demás, necesito el mío propio, y es por ese por el que lucho cada día. Comienzo a realizar viajes astrales (¿demasiado cuarto milenio?) y aprendo de como soy con los demás y de cómo eso influye en mi. El entorno es flexible, depende de los comportamientos que tenemos. Nuestras reacciones no son las mismas ante unos y otros, va en función de cómo son ellos con nosotros, y de lo que son capaces de sacar de tí. Sometido a un análisis por los demás, una persona puede ser antagónica y aglutinar más sinónimos y antónimos que en un tesauro, sólo depende de quien hable de él. ¿Es entonces cuando se te encasilla en un "no tiene personalidad"? ¿Tenemos todos la personalidad bien definida? ¿Nos conocemos? (si no es así: "¡encantada de conocerte!") Salud (hoy mental)

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